jueves, 5 de junio de 2008

Jugando con fuego

Estoy jugando con fuego. Ellos también.

En estos últimos tiempos mi catadura moral ha caido tan empicado como mi autoestima. Pero no es la única catadura que merece juicio. Como en las peores películas, el proceso de obtención de pruebas es ilegal, inmoral. Pero eso no excluye el delito. Y vaya si lo hay.

Me siento como un corrupto inquisidor. Obteniendo confesiones con malas artes. Pero la diferencia es que mi convicción, al contrario de la que solía ser la de éstos, es que son ciertas.

Dirán que no, que fue el contexto, o la subjetividad. Pero está ahí. Y algo hay que hacer. Tarde o temprano, habrá que hacer algo...

No hay comentarios: