martes, 19 de agosto de 2008

En 35 mm

A veces siento un torbellino, un mundo, un universo completo en el pecho y no se que hacer. Cierro los ojos y mi mente se convierte en una pequeña sala de cine de los años 50, de esas de sesión continua que mi padre recuerda con una mezcla de inocencia y melancolía. Y veo pasar por delante a 24 imágenes por segundo tus abrazos y tus besos, tu sonrisa y esa mirada triste y vulnerable que esconde las mejores y las peores intenciones.

Y me quedo allí, en el cine de mi vida, recostado, hundido en mi asiento, disfrutando una y otra vez de esa interminable película que me hace más y más feliz cada vez. Y me duermo en tu recuerdo, en mi añoranza de tu piel.

Y vuelvo en mi, piso la tierra de nuevo, me pongo recto sobre esta maldita silla de oficina y escribo ésto:

Tú pintas de verde mi vida.

Y vuelvo al trabajo.

2 comentarios:

Azuky dijo...

Me gusta como escribes y como sientes!

Un beso!

Zedh Casif dijo...

Gracias Azuky, me gusta saber que otros leen y entienden lo que siento.

Un beso